
El empleado del hotel fue muy amable y me hizo sentir que mi equipaje estaría seguro. Cuando volví a recoger mi equipaje más tarde, alrededor de las 10:00 p.m. esa noche, me preguntó si necesitaba algo del hotel, como acceso a los baños o al café, antes de mi viaje de regreso. Fue un pequeño gesto, pero me hizo sentir que el servicio era excepcional para alguien que solo estaba almacenando su equipaje y no se alojaba en el hotel.